Por Idolkis Argüelles Berdión Foto: Tony Pupo
Durante los
próximos días de marzo tendrá lugar en La Habana, Cuba, el Octavo Congreso de la Federación de Mujeres
Cubanas (FMC), una reunión que señalará el camino de las cientos de mujeres que
en la Isla están
agrupadas en la organización y que arriban a la cita con muchas razones para
continuar la obra iniciada el 23 de agosto de 1960, fecha en que surgiera ésta.
La más oriental de
las provincias cubanas será representada por compañeras que desde diferentes
esferas sobresalen en el quehacer de la FMC. Campesinas,
obreras, dirigentes, estudiantes, intelectuales y artistas, sin diferencia
racial o de procedencia; todas, asistirán al encuentro con el propósito de
analizar lo que preocupa hoy a las mujeres cubanas y exponer sus experiencias
en las diversas tareas que despliegan desde sus delegaciones o bloques,
estructuras en que se integran las mujeres cubanas en la comunidad, proponer y
trazar estrategias para el perfeccionamiento continuo de la organización.
Pero sin lugar a
dudas, el Congreso caló hondo en la delegación y en los bloques; una fuerza
transformadora que llegó y el propósito no es dejarla morir. La acción en el
barrio demanda el enfrentamiento efectivo a las indisciplinas sociales, el papel
orientador a nuestras familias, en especial a nuestros hijos.
Cómo contribuir al
incremento de la producción de alimentos desde la propia localidad a fin de
contribuir a las sustituciones de importaciones será uno de los temas a debatir
en el Congreso de las mujeres cubanas. También, ocuparán los análisis temas
como el funcionamiento de las estructuras de base, la integración a la
organización y la incorporación a la
vida socialmente útil.
El decisivo papel
de la mujer en la formación de valores en los hijos y la familia en general
constituye uno de los posibles aspectos a abordar por la delegación
guantanamera, en tal sentido, se precisa un diálogo profundo que nutra al
evento no solo de argumentos que reconozcan la validez del asunto en cuestión sino
que se pronuncie por acciones concretas que se traduzcan en resultados.
Cientos de miles
de integrantes de la FMC
en esta oriental provincia de Guantánamo participaron del proceso asambleario
Noveno Congreso en sus delegaciones de base, en los municipios y la provincia,
donde tuvieron la oportunidad de plantear sus inquietudes, sugerir y entablar
un debate por la materialización de sus derechos y el cumplimiento de deberes,
como parte activa de la organización.
La búsqueda de
iniciativas en pos de alcanzar una verdadera cultura de igualdad será otro de
los puntos de vistas a evaluar en la cita femenina. Si es cierto que se avanza
en la promoción de compañeras a cargos de dirección, la incorporación a la vida
económica y social aún persiste el no reconocimiento a plenitud de sus
potencialidades, y en algunos senos familiares reina el machismo, un
flagelo que deberá ser enfrentado con
toda fuerza.
La labor de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia y del Movimiento
de Madres y Padres Combatientes por la Educación, la superación cultural y profesional
de las amas de casas, la incorporación de las arribantes a la edad de 14 años a
la Federación
de Mujeres Cubanas y la participación de las féminas en las tareas de la
defensa, son algunas otras aristas de trabajo que concentrarán las discusiones.
Las mujeres
guantanameras llegan a su foro más importante con el orgullo de representar
casi el 70 por ciento de la fuerza técnico profesional de la provincia y “Unidas
por la patria”, junto a las del resto del país, se alistan para hacer del Noveno
Congreso de la FMC
una nueva e insoslayable victoria.