Por: Idolkis Arguelles Bedrión Fotos: Tony Pupo
Aún esquivo, el rostro del pequeño
Víctor Manuel Guerra Pérez dice mucho de su buen estado de salud. Tiene un
añito de edad, y unas horas atrás llegó al Hospital provincial Pediátrico “Pedro
Agustín Pérez” de Guantánamo y le fue necesario realizar un enema con solución
salina tibia guiado por ultrasonido, con la finalidad de reducir la invaginación
intestinal que padecía.
Mediante el noble proceder, un equipo
multidisciplinario conformado por radiólogos, cirujano y anestesista, pudo
liberar un segmento de intestino y su membrana que se encontraba dentro de otro
en forma de telescopio, sin el uso de tratamiento quirúrgico.
La doctora Isel Amado Blanco,
especialista en Cirugía General, aseguró que son evidentes las ventajas del
método.
“El tratamiento hidroestático es
mínimamente invasivo, el niño no va a recibir radiaciones, se va a seguir bajo
observación ultranográfica y en caso de cualquier complicación se puede
resolver en ese momento y por supuesto no va a ser sometido a un acto
quirúrgico”, puntualizó.
Los criterios de inclusión para el uso
de la técnica son amplios, entre los que destacan la edad, comprendida de 2 meses
a 4 años, el tiempo de evolución del padecimiento hasta las 72 horas, la ausencia de
peritonitis o choque, así como de signos de oclusión o perforación. Si es recurrente, hasta 3
recurrencias, y la aprobación de los familiares a someter el niño al tratamiento.
De manera que quienes no cumplan con esos requisitos serán los que tendrán
exponerse a una intervención quirúrgica.
El hidrocólon está protocolizado en el
Hospital Pediátrico “Pedro Agustín Pérez” de Guantánamo desde 2008 y sobresale
entre quienes lo aplican, Matanzas y Camagüey, por su demostrada efectividad en
el tratamiento de la invaginación intestinal.
Ya se han beneficiado 96 pacientes, de
ellos 11 casos corresponden al presente año 2014.
“Más del 90% de los pacientes con
invaginación intestinal se ha logrado reducir por tratamiento de hidrocólon y el mayor impacto es el social, es el
beneficio que se le causa al niño y la satisfacción que sienten los padres”,
explica la doctora Odalis Ortega Rodríguez, especialista de Primer Grado en
Imagenología y jefa del equipo que ha llevado a cabo el estudio del proceder
intervensionista.
En el éxito de la implementación de la
práctica médica ha sido decisiva la participación de los diferentes
especialistas durante la realización de esta, dígase radiólogo, anestesiólogo y
cirujano, los que dedican tiempo, porque “demanda de tiempo y dedicación”,
apunta Ortega Ruíz.
“Se establece que en el caso de que la invaginación no retroceda durante 3 a 5 minutos, se pueden
realizar 2 intentos más de 3 minutos cada uno, con intervalos de 10 minutos
entre uno y otro. Si estos intentos resultaran fallidos y el estado clínico del
paciente es favorable, se realiza un nuevo intento a los 30 ó 60 minutos”, sentencia.
Al indagar detalles sobre la técnica del
hidrocolon conocimos que se considera reducida la invaginación desde el punto
de vista ultrasonográfico cuando
desaparece la imagen en diana o en falso riñón y cuando el líquido llena
la válvula ileocecal y progresa hasta el intestino delgado, visualizando
presencia de líquido activo en el intestino delgado.
En los casos en que la invaginación
retrocede hasta la válvula, pero sin llegar el líquido al intestino delgado y
permanece una imagen a nivel de la válvula, se recomienda optar por una
conducta expectante y valorar la evolución clínica; si esta demuestra la
persistencia de la invaginación se procederá a un nuevo intento en 4 a 6 horas hasta conseguir la
desinvaginación y se realizará tratamiento quirúrgico en caso contrario. En
todos los casos se realiza estudio de ultrasonido control a las 24 horas de
evolución; a fin de verificar la eficacia del procedimiento.
La baja
ocurrencia de complicaciones con relación a la cirugía, la no exposición a
radiaciones producidas por el sulfato de bario antes empleado para el diagnóstico
de la enfermedad, su bajo costo económico y gran aceptabilidad por los padres,
destacan.
Damaris Pérez
Planes, madre del niño Víctor Manuel, está muy contenta de los avaneces que
muestra su bebé a pocas horas de
aplicado el método.
“Para mí ha sido
una bendición”, dice emocionada.
“Es inmediato,
es bastante sencillo, es benigno con relación a una cirugía, la recuperación es
inmediata. ¡Mire usted!, como puede ver el niño en menos de 24 horas ya puede
hasta alimentarse, imposible con la invaginación”, acota.
Acudir
tempranamente al médico es condicionante inseparable de la garantía del éxito
del hidrocólon, un proceder casi inocuo que beneficia a los infantes
guantanameros. Es por eso que las autoridades médicas convocan a los padres a
estar muy atentos ante la
presencia de vómitos y diarreas con estrías de sangre, somnolencias y
decaimientos de sus pequeños y pequeñas durante el primer año de vida, en
especial en las edades comprendidas entre 4 y 10 meses de edad, con un
predominio de niños.
Según las estadísticas, la incidencia
global se cifra de 1,5 a
4 casos por cada 1000 nacidos vivos,
sobre todo en la estaciones del año de primavera y otoño.